viernes, 5 de marzo de 2010

Alucarda, la hija de las tinieblas


Para que vamos a engañarnos, me esperaba algo peor. Pero ha resultado que Alucarda, la hija de las tinieblas es una película bastante aceptable, de la que se puede destacar sobre todo los decorados y la escenografía en general. Me voy a saltar la parte de antes de los créditos porque no es muy importante que digamos, lo único que hay es una parturienta en un lugar tétrico y tenebroso con un jorobado tétrico y tenebroso, y ya pues los créditos.

Lo que vemos inmediatamente después es a una chica, Justine, que llega en un carromato cargado de paja a un convento, al principio yo pensaba que era una comunidad de leprosos porque las monjas llevan unos hábitos de lo más extraños, parece que van vendadas y manchadas de sangre. Justine inmediatamente se hace amiga de Alucarda, una chica que también está en el convento y que es algo rarita la pobre.


Un día estando las dos felices saltando por el campo las asalta un gitano jorobado y les suelta una sarta de tontunas sobre los sueños y le da un puñal a Alucarda que supuestamente está hecho con la lágrima de una gitana. Despúes de eso se van de donde el gitano jorobado y llegan al lugar tétrico y tenebroso, donde Alucarda empieza a ponerse más rara de lo que es. Otra cosa que podemos destacar de esta película son las escenas de gritos, que para mi gusto abundan en exceso. Que peguen 4 voces de vez en cuando está bien, pero esto ya es pasarse de castaño oscuro.



Esa noche, estando las dos ya en el convento, aparece el gitano, teletransportado de la nada, en la habitación. Al segundo después vemos que las dos chicas están desnudas y que el gitano les hace un corte a cada una en una teta y acaban comiéndose la boca. ¿Qué es lo que acaba de pasar aquí? Pues que las niñas se nos han hecho satánicas.



Después de esto de la trama no se destila nada realmente interesante. Hay una escena de exorcismo con desnudo incluido que un decorado bastante espectacular. Es una pared enorme llena de cristos, montones de cristos, y un cristo enorme delante de todos ellos. Esto le da a la escena un aspecto oscuro y místico que acompaña perfectamente a lo que en ella está ocurriendo.



De aquí nos pasamos directamente al final. Justine supuestamente muere durante el exorcismo pero luego resulta que la encuentran en el lugar tétrico y tenebroso metida en un ataúd lleno de sangre (esto queda también bastante bien visualmente hablando), pero muere porque la rocían con agua bendita, pobrecilla…



El apoteosis final llega cuando Alucarda entra al convento y empieza a quemar monjas con la mente, creo que no voy muy desencaminada al decir que a más de uno nos gustaría poder quemar cosas con la mente… llamaradas! Plano final también muy bueno, se trata de un travelling de acercamiento a un crucifijo en llamas. Gran final.

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